Demostrar que las oficinas son imprescindibles
Continuamos con el artículo donde nos adentramos en los cambios de las nuevas oficinas, para demostrar que estas son imprescindibles y que se van adaptando a la perfección a los nuevos cambios.
A comienzos de la década de 2000 las startups tecnológicas fueron las primeras en introducir cambios radicales en los espacios de trabajo, hasta el punto de que muchos lo consideraron una moda. Las mesas compartidas y el diseño propio pueden haber sido una necesidad para emprendedores con pocos recursos, pero la informalidad y la creatividad apelaron a trabajadores de todo el mundo. La introducción de futbolines y billares, toboganes, vagones de tren supuso la entrada de un elemento lúdico en algunas oficinas, sugiriendo que tal vez, y solo tal vez, el trabajo no tenía por qué ser una rutina sin sentido, y podría efectivamente incluir un elemento de diversión.
Las oficinas de las startups tecnológicas fueron solo el primer síntoma de un cambio mayor que tendría lugar durante esa década. Tras años de frustración y creciente agotamiento en el océano de monotonía en que tantas oficinas se habían transformado, la gente quería más. Aspiraban a una mayor autonomía, expresión personal y a la libertad para elegir dónde y cómo trabajar. Las nuevas tecnologías ofrecían una vía de escape y muchos las aprovecharon, abandonando siempre que podían la oficina para trabajar a distancia desde otros lugares.
Parecía una buena idea, al principio. La idea de decirle adiós a la oficina, al mobiliario de oficina y trabajar desde un café de moda parecía la utopía de todo trabajador. Hasta que lo hicieron durante un tiempo. Entonces comenzaron a darse cuenta de que los sofás acolchados resultan incómodos al cabo de pocas horas y que las sillas ergonómicas de oficinas eran mucho mejores para su espalda, y que las pequeñas mesas de los cafés hacen que tener los papeles a la vista resulte difícil y sin duda una mesa de oficina era más práctica para trabajar. El trabajo a distancia demostró ser una solución para los trabajadores parte del tiempo, pero no todo el tiempo. De hecho, el Informe Gallup sobre Espacios de Trabajo llegaba a la conclusión de que las personas que trabajaban a distancia el 20%, o menos, del tiempo eran las que tenían un mayor compromiso. Pero este estudio también reveló que los niveles mayores de trabajo a distancia (más del 20%) se correspondían con un mayor nivel de falta de compromiso. Parece que el entusiasmo por el trabajo a distancia se enfrió por la subyacente necesidad humana de buscar lugares que ofrezcan un apoyo tanto emocional como físico — en los que realizar el trabajo resulta fácil. Esta necesidad insatisfecha siguió impulsando a las personas a buscar algo mejor.
Cuando los trabajadores se dieron cuenta de las deficiencias que tenía trabajar fuera de una oficina, volvieron a las oficinas, pero con ideas renovadas para transformar estos espacios en zonas de trabajo adaptadas a las necesidades actuales.
Por supuesto el primer gran cambio fue el mobiliario de oficina, que paso de ser un elemento necesario para desempeñar el trabajo a se parte importante del bien estar de los trabajadores, incorporación de taquillas de oficinas personales, mesas de oficina regulables en altura, sillas de oficina ergonómicas 100%.... y el segundo gran cambio fue la polivalencia de los espacios, equipándolos con mamparas de oficinas móviles, suelo técnicos que permiten un cambio de distribución en minutos…
En el próximo artículo veremos las principales fuerzas que aceleran este cambio tan importante para los trabajadores.